Vuelta a Aranguren

Bien temprano pero con el clásico retraso, nos damos cita para una nueva andada. Hoy nos acompaña un grupo numeroso de amigos. Estamos jubilosos por su compañia pero apenados por la ausencia de dos pies: los de Antonio "El Secano". El líder no impone su autoridad y deja que la pusilanimidad retenga a Antonio bajo las sábanas, en este día lluvioso. El madrugón se hace notar en las caras de algunos que piden doble dosis de café.

Ogi Pan, Ogi Berri, qué lío. Pero ya estamos todos. Nada menos que 10 caminantes en un día gris pero con con buen ánimo. El txerpa no falla y tras él, esta vez, Joseba, Iñigo, Monti, Akoidan y la simpática pareja,que no pierde ocasión para ponerse a tono para la boda.

Dejamos el asfalto para continuar por un entramado de pistas que nos conducen hasta la borda de Peperena, antiguo refujio de pastores. Oficio el de pastor en peligro de extinción, aunque quien sabe si con la crisis nos tocará volver al campo y recuperar los oficios de nuestros antepasados. Fran nos saca de esta profunda reflexión con un chiste muy oportuno...¿y por qué te ries?...porque has elegido a la mas fea!. Bueno.

En el pueblo de Zolina, junto a la iglesia, paramos a disfrutar de un merecido almuerzo, mientras Alberto nos deleita con su recital de estiramientos pseudoorientales.

Los novatos están aguantando muy bien. No se quejan ni del tiempo ni del cansancio, tienen madera de trailwalker...de aquí podría salir otro grandioso equipo.

Pero la durísima cuesta que lleva a Badostáin hace una selección natural. Tras 4 horas de caminata, los hermanos Asiáin coronan primero, seguidos del siempre competitivo Txerpa y el canario, que se ha adaptado muy bien a este clima hostil. Detrás de éstos, 4 pies, más detrás, Fran y Monti, y los farolillos de rojo, Iñigo y Susana.

Y todos juntos y muy satisfechos por el sano paseo, llegamos a Sarriguren. Allí nos topamos con una grata sorpresa: Sara, María y Mario salen a nuestro encuentro a caminar con nosotros los últimos metros de esta etapa. En Mario y Sara vemos a las futuras generaciones que continuarán caminando hacia mundo mas justo. Hay Esperanza.O mejor aún, ojalá conozcan de la pobreza extrema y la desigualdad norte-sur por los libros de texto, como un capítulo más de la historia contemporánea.